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Hoy en día, el miedo patológico a la oscuridad lo experimentan pocas personas. Algunas encuestas sugieren que la cifra no alcanza el 10%. Este hecho puede corresponder a temores infantiles no superados o bien a situaciones vinculadas al estrés y al sufrimiento emocional. La separación de la pareja o la viudedad vinculan el miedo a la oscuridad al hecho de sentirse solo en el mundo. Asimismo, es posible que pacientes con trastornos psiquiátricos o psicológicos como la depresión, donde aparece el insomnio o la crisis de ansiedad nocturnas, desarrollen este tipo de fobia

La fibromialgia lleva poco más de 20 años reconocida como enfermedad. Hasta ese momento, los pacientes no tenían un nombre para su dolor y fatiga crónicos. Actualmente, todavía son muchas las lagunas sobre este trastorno. ¿Qué lo genera? ¿Qué papel juegan los genes? ¿Cuál es el mejor tratamiento? Los estudios de imagen funcional muestran que estos pacientes procesan de forma diferente el dolor. El doctor Richard Gracely, del Centro de Investigación en Fatiga y Dolor Crónico Georgetown (Washington, EEUU), fue el primero en demostrar que las áreas involucradas en el procesamiento de los estímulos dolorosos son las mismas en estas personas pero tienen una mayor actividad.

Narcis Cardoner, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental y psiquiatra del Hospital Universitario de Bellvitge, ha participado en un estudio, publicado en ‘PLoS One’, que ha buscado caracterizar la respuesta cerebral frente al dolor de estos pacientes. “Lo que hemos encontrado es que, tras administrar estímulos de forma térmica a estas personas (que ellos vivían como si tuvieran pequeños pinchazos), se activan las regiones del cerebro puramente sensitivas, las que reflejan la sensación del dolor, y otro conjunto de zonas que tienen que ver con la respuesta emocional negativa. Estos pacientes presentan un exceso de respuesta en estas áreas emocionales, como es el cíngulo y la ínsula, no tanto en las zonas relacionadas con sentir el dolor”.Seguir leyendo…

No sabemos si el cantante Robbie Williams vio espíritus celestes cuando escribió Angels; lo que sí hizo, después de triunfar con esta canción en medio mundo, fue confesar el miedo que sentía a la oscuridad. Al parecer, la culpa la tiene su madre, que vive instalada en el mundo sobrenatural y a quien le fascina barajar sin descanso las 78 cartas del Tarot que predicen el futuro. Cuando cae la noche y apaga las luces, Robbie no logra conciliar el sueño y despierta sobresaltado entre sombras, se siente atrapado por los recuerdos que protagoniza su madre cuando exploraba en casa la dimensión que habitan los muertos. Esta situación le ha llegado a provocar angustia, e incluso insomnio. Pero de pronto, la vida del cantante ha cambiado tras descubrir cómo resolverá tanto tormento a la caída de la luz. Ha decidido pedir ayuda a Jason, un joven londinense de 23 años que se hizo famoso cuando confesó que había sido abducido por extraterrestres en varias ocasiones. Robbie cree que, con el talento de Jason para desenvolverse entre ovnis y planetas, logrará curar su miedo a la oscuridad. Quizá el dedo iluminado de ET tenga la clave a tanto misterio; quién sabe. Pero lo que no es una chaladura, y un grupo de científicos acaba de descubrirlo, es la relación que existe entre insomnio y oscuridad.

El desvelo de los científicos

Se trata de un fenómeno que ha investigado recientemente un equipo de profesores de la Universidad de Ryerson (Canadá). Para el trabajo eligieron a un grupo de 93 universitarios que rellenaron un cuestionario sobre sus hábitos de sueño. De todos ellos, 42 admitían sufrir insomnio y los 51 restantes manifestaron que dormían a pierna suelta. Ahora bien, y aquí está el dato significativo: de los insomnes, la mitad reconoció sentir pánico a la oscuridad. Después del cuestionario, llegó la parte práctica de la investigación. Los 93 universitarios ingresaron en una habitación oscura a la espera de recibir, sin saberlo, un sonido fuerte e inesperado. Los que confesaron problemas para conciliar el sueño reaccionaron mucho más deprisa, con sobresaltos, cuando escucharon el inquietante sonido. Por su parte, los alumnos sin desvelos actuaron igual dentro de la habitación oscura que en otra iluminada. “Sí. El miedo a la oscuridad puede producir insomnio. En el caso de los adultos, la oscuridad representa el vacío, es el lugar privilegiado donde proyectar nuestras fantasías y temores. Conforme vamos creciendo, construimos defensas mentales que nos alejan del miedo infantil a la oscuridad, pero si este temor persiste, crea un estado de alarma que puede acabar en insomnio. Habría que evaluar los problemas cotidianos concretos que sufrimos y la intensidad en cómo se gestionan para determinar sus consecuencias posteriores”, apunta la psicóloga clínica Carmen Ferrer Román.Seguir leyendo…

A finales del siglo XVIII, Felipe Pinel, se lamentaba que la poca atención prestada por los grandes de la medicina hipocrática (Hipócrates y Galeno) al trastorno mental era la causa del retraso en que estaba la psiquiatría frente a las otras disciplinas médicas. En efecto, durante la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XVIII, el enfermo mental, agobiado por el lastre de la posesión demoníaca o de la asocialidad, quedó en manos de religiosos y guardianes, sometido a medidas de orden místico-religioso o coercitivo.Seguir leyendo…

El hombre ha intentado siempre curarse y curar a sus enfermos, la medicina es tan antigua como la misma especie, el uso de plantas, agua, emplastos e incluso procedimientos quirúrgicos fueron usados con este propósito, el hombre en forma refleja busca explicaciones y pensó que las enfermedades se producían por la influencia de espíritus, los rituales intentaron aplacar o sacar los malignos y favorecer los benignos, a las danzas, palabras y objetos se les atribuían poderes mágicos para proteger y alejar la enfermedad, el conocimiento de los efectos de hierbas y el pensamiento mágico se mezclaron para luchar contra la enfermedad, los griegos inclinaron la balanza al conocimiento de la naturaleza para intentar curar, la inteligencia, el método científico y la idea de que la enfermedad es un fenómeno natural apoyó el nacimiento de la medicina como ahora la conocemos, en la época medieval el misticismo fue poderoso atacó el pensamiento científico, los hechos naturales se explicaron en forma sobrenatural, la medicina sufrió un profundo y prolongado retroceso, el renacimiento redescubre y estimula el método científico, filósofos, anatomistas, fisiólogos, farmacólogos, etc., retomaron y cultivaron la idea antigua de los griegos y la medicina renació, los procedimientos mágicos, el uso de sangrías, pócimas, o substancias potencialmente peligrosas como el mercurio y arsénico fueron poco a poco abandonadas, la ciencia biológica le dio dignidad a la medicina, lenta pero constantemente se acumularon conocimientos, las nuevas tecnologías los científicos enriquecieron y enriquecen ahora con increíble velocidad la ciencia y la medicina.Seguir leyendo…